Leí hace tiempo una metáfora que comparaba nuestra vida con
un árbol, el árbol de la vida le llamaba.
Establecía una similitud entre los frutos del árbol con los resultados que logramos con nuestras acciones.
Al parecer estamos
excesivamente enfocados en los resultados, en los frutos, casi diríamos que absortos en ellos, los
valoramos, los comparamos etc. Y sin
embargo en muchas ocasiones no entramos a valorar el porqué de ese logro o a intentar descubrir qué es en realidad lo que crea esos frutos
concretos. …. lo que los crea son ¡LAS SEMILLAS Y LAS RAICES!
Es decir lo que no se ve, es lo que crea lo que se ve. Lo
invisible crea lo visible.
Y ¿ qué es exactamente eso invisible que determina los resultados???. Son las Creencias y los Valores!!!
No se ven pero están ahí....en un nivel inferior, en el mundo de lo inconsciente.....el que dirige nuestra vida para bien o para mal.
La calidad de la semilla, la calidad de la creencia condiciona los frutos, las acciones. Si es un creencia favorecedora, potenciadora los frutos que recogeremos serán sanos, fuertes, vigorosos, pero si la semilla es pobre, limitadora, ¿qué tipo de frutos podemos esperar?.
El cuidado de las raíces, el abono y el riego continuo también contribuyen a la mejora de los frutos.
Puesto que son invisibles a veces es difícil ser conscientes de esas creencias que manejamos, en muchas ocasiones se forjaron muchos años atrás, se han convertido en verdad absoluta e inalterable. La pista nos la pueden dar precisamente los resultados, los frutos de nuestras acciones. Si no nos gustan podemos revisar las semillas, y como estamos cuidando las raíces.
No es a veces tarea fácil, dicen que descubrir las creencias es como cazar mariposas.....
Una forma de descubrir si hay creencias limitadoras puede ser fijarnos en como de diferente piensan las personas que sí consiguen los resultados que nos gustaría lograr, de donde parten, que semillas utilizan, que les impulsa, como cuidan las raíces.....
No sirve decir "si pero es que esa persona......"eso son excusas, necesitamos soluciones. Es más efectivo moldearlo, descubrir su secreto más esencial, su semilla y entonces intentar conseguirla, sembrarla y posteriormente disfrutar con la recogida de los frutos.
